domingo, 19 de diciembre de 2010

como superar la muerte de una persona al instante

  1. La pérdida de un ser querido es un evento de la vida que trae consigo mucho dolor y genera una sensación de desasosiego. Las reacciones frente a un duelo varían de una persona a otra pero las más comunes son: negación, incredulidad, insensibilidad, enojo, rabia, tristeza, miedo, angustia, sensación de culpa, soledad, alivio, cambios de humor y algunas veces se experimenta la sensación de oír o ver al fallecido.
  2. El duelo es un proceso que dura entre 1 y 3 años en el que se reconoce la pérdida, se asume y se soporta la ausencia de un ser querido.
  3. Aunque cada caso es diferente siempre hay una serie de etapas características que se deben vivir y experimentar para realizar el duelo:

  4. Aceptar la pérdida: No sólo se debe admitir con la mente que esa persona no va a regresar. También se debe hacer con el corazón. Actividades como hablar de la pérdida, contar las circunstancias de la muerte, visitar el cementerio o el lugar en el que esparcieron las cenizas ayudan a ir aceptando poco a poco el hecho de la muerte. Cuando se asuma que ya no hay esperanza de recuperar a ese ser querido que ha partido para siempre, será el momento de la despedida.
  5. Sentir el dolor: No hay que ser fuerte. El dolor no se debe esconder. Por el contrario se debe compartir con aquellos en quienes confíe. No hay que guardarse nada. Si no se quieren compartir las emociones se deben buscar otros mecanismos para vivirlas.
  6. Aprender a vivir sin esa persona: Es lógico que debe haber un tiempo para vivir el duelo pero poco a poco se deben retomar las actividades cotidianas. El mundo sigue adelante y hay que buscar el sentir y el hacer. Así las cosas el duelo significa también  aprender a vivir solo/a, aprender a tomar decisiones por sí mismo, a desempeñar actividades que antes hacía el fallecido, crear nuevas formas de relación con la familia y amigos, adquirir un nuevo sentido del mundo y de uno mismo.
  7. Recuperar el interés en la vida y en los vivos: Llega un momento en que se sabe que es necesario soltar el dolor y el pasado. Hay que darse cuenta que no hay nada malo en querer disfrutar, en ser feliz y establecer nuevas relaciones. El corazón herido cicatriza mejor abriéndose a los demás.
  8. No se debe olvidar que aunque el duelo es un asunto personal y se puede recurrir a los recursos internos que tenemos es decir nuestra experiencia, conocimiento , edad, experiencias previas con la muerte, grado de religiosidad, etc., también existen recursos externos que resultan muy efectivos como personas especializadas como sicólogos y grupos especializados en apoyar a personas que están atravesando por un duelo.

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