viernes, 17 de diciembre de 2010

El homicidio de una madre que pedía justicia para su hija asesinada conmociona a México

El homicidio de una madre que pedía justicia para su hija asesinada conmociona a México


En los últimos años ha habido varios casos similares al de Marisela Escobedo.
La escena fue captada por una cámara de seguridad: Marisela Escobedo coloca un cartel de protesta y un desconocido se acerca. Intercambian unas palabras, y enseguida la mujer corre. El sujeto la alcanza y la asesina de un disparo en la cabeza. Después huye en un auto que le esperaba.
El homicidio este jueves de Escobedo, activista de derechos humanos que buscaba justicia para su hija asesinada, ocurrió a unos metros del palacio de gobierno de Chihuahua, en el norte del país.
Su muerte causó conmoción en México, donde muchos cuestionan las fallas del sistema judicial, que a veces lleva a las víctimas de crímenes a buscar justicia por cuenta propia.
La activista había localizado al probable asesino de su hija, Rafael Barraza Bocanegra, y consiguió que fuera encarcelado. Sin embargo, jueces locales lo dejaron libre, a pesar de que el inculpado confesó el homicidio.
"Ha sido un mensaje muy negativo: el ciudadano que se procure justicia arriesga su vida o la de sus seres cercanos", le dijo a BBC Mundo José Luis Armendáriz, presidente de la independiente Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
El gobernador de Chihuahua, César Duarte, anunció que promoverá la destitución y un proceso legal contra los jueces que liberaron al inculpado.

Responsable

Ha sido un mensaje muy negativo: el ciudadano que se procure justicia arriesga su vida o la de sus seres cercanos
José Luis Armendáriz, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos
Rubí Marisol Frayre, hija de la activista, fue asesinada en agosto de 2008. Durante dos años, su madre buscó sola al responsable, al que ubicó en el estado de Zacatecas, en el centro del país.
Barraza Bocanegra se declaró culpable, pero fue liberado porque la fiscalía de Chihuahua no pudo comprobar el delito. Un tribunal superior cambió la sentencia, pero el agresor ya había escapado.
Marisela Escobedo inició una jornada de protestas para exigir su recaptura, e incluso dijo que Barraza se encontraba de nuevo en Zacatecas. Las autoridades, sin embargo, no le prestaron atención.
Días antes de su muerte la activista instaló un campamento en el mismo sitio donde fue abatida, una plaza frente al palacio de gobierno.
En una entrevista con medios locales dijo que no se movería del sitio hasta que hubiera resultados en el caso.
"El asesino le arrebató la vida a mi hija, y los jueces le quitaron su derecho a la justicia", reclamó.
Por lo pronto, el gobernador César Duarte aseguró que la muerte de la activista fue una venganza del probable asesino de Rubí.

"Muchas Mariselas"

La muerte de Marisela Escobedo es una muestra de la degradación que ha sufrido el sistema de impartición de justicia en México, que parece haber olvidado a las víctimas, insistió el presidente de la CEDH.
"Es un ejemplo más de muchas Mariselas, de muchos ciudadanos que debieron emprender por iniciativa propia la investigación de sus casos para procurarse justicia", dijo Armendáriz.
Y es que en los últimos años ha habido varios casos similares, de personas que se ven obligadas a buscar a los agresores de sus familiares ante el aparente desinterés de las autoridades.
Días antes del homicidio Isabel Miranda, quien logró encarcelar a los probables secuestradores y asesinos de sus hijos, recibió el premio nacional de Derechos Humanos.
Paradójicamente, horas antes de la muerte de Escobedo, el secretario de Gobernación, Francisco Blake, había solicitado a los mexicanos "sacudirse el miedo" para combatir a los criminales.

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